La Batalla de Calth




"Sin saber la extensión de la Herejía, Roboute Guilliman cumple las órdenes cada vez más crípticas del Señor de la Guerra y regresa a Ultramar para reclutar a su legión y combatir a los orkos que se reúnen en el sistema Veridian. Sin previo aviso, los supuestos aliados de la legión de los Portadores de la Palabra invaden Calth, donde dispersan la flota de los Ultramarines y aniquilan a todos los que se encuentran en su camino. Guilliman confirma sus peores sospechas: Lorgar está decidido a acabar de una vez por todas con la terrible rivalidad que hay entre ellos. Y cuando los traidores invocan a las infectas hordas de demonios y a todas las fuerzas del Caos, los Ultramarines se ven abocados a una lucha en la que ninguno de los bandos podrá vencer."

La decimonovena novela de la gran saga de la Herejía de Horus fue traducida del inglés como La batalla de Calth, pero su nombre original era Know no fear. Un título bastante evocativo para los aficionados de Warhammer. En ella se relatan, otra vez, los enfrentamientos cataclísmicos entre marines, en esta ocasión los valerosos Ultramarines hacen frente a los pérfidos Portadores de la Palabra en una batalla apocalíptica con cientos de miles de marines muriendo en sus páginas.

Juego de tablero que refleja los combates entre las dos grandes legiones.

La tragedia se desarrolla en tres actos, grosso modo, en el primero los Portadores de la Palabra hacen todo lo posible por ganarse la confianza de los Ultramarines. Los Portadores guardan un gran rencor sobre los Ultramarines por la humillación de Mornarchia, su ciudad más bella y gloriosa fue reducida a cenizas por un Emperador furioso por la adoración que le profesaban sus hijos descarriados. Los Ultramarines, instrumentos de esta masacre, han sido odiados por la XVII legión desde entonces.

En contraste, al inicio del libro parece que los Portadores y los UIltras están recuperando la confianza mutua. Se nos van presentando personajes, destacando los personajes más humanos, los soldados, servidores y ciudadanos de Calth. El planeta en sí mismo es otro protagonista, una joya ascendente entre los 500 mundos de Ultramar, la flota de la XIII se reune sobre su órbita azul preparada para lanzar una cruzada sobre los bárbaros Orkos.

Remus Ventanus

Sin embargo, cuando se desvela la esperada traición, los Portadores de la Palabra destrozan a los Ultramarines, asesinándolos indefensos, masacrándolos a millares, hundiendo sus naves, reventando sus ciudades con un placer ritual que es mucho más que una venganza.

Tras largos capítulos detallando las muchas maneras en las que los Ultramarines son machacados, por fin comienzan a coordinarse las rígidas y vapuleadas estructuras de mando de la XIII legión. Poco a poco van reagrupándose, sobreponiéndose al horror de ser acribillados por sus hermanos y enfrentándose a las criaturas que la disformidad arroja sobre ellos.


Thiel, marcado para la reprobación

La novela está llena de momentos muy cinematográficos, como los protagonizados por Guilliman enfrentándose en el vacío al enemigo (en portada) y los acorazados orbitales cayendo sobre el planeta. Algunos personajes tienen un  gran interés, como Ollantius Person, uno de los eternos. Pero aunque Ollantius ocupa bastantes capítulos no hace gran cosa aparte de pasearse por el destrozado Calth. Thiel, por otro lado, es un sargento que porta el casco rojo de los marcados para la reprobación, una marca que por su heroismo se extenderá en el fututo a toda la legión. El tercer protagonista es Ventanus, un capitán que logra una importante hazaña que cambiará el destino de la batalla.

Pero aunque los personajes están bien dibujados de forma psicológica, no consiguen transportarte del todo al interior de la novela. Cuando uno lee los capítulos de Oll uno tiene la sensación de que no pertenecen a este libro, Thiel es tan parecido al resto de Ultramarines como un perro a un velociraptor y Ventanus es tan Ultramarine, tan recto, tan honorable, tan previsible... 


Roboute Guilliman, Señor de los 500 mundos de Ultramar, Primarca de los UIltramarines

De entre todos los personajes, para mi sorpresa, me quedo al final con Guilliman. El primarca es mucho más que un guerrero, es un estadista, un diplomático, un gobernante. Es mucho más parecido a Agamennon que a Aquiles, es un logista que prepara las batallas con toda la información disponible a su alcance. Las enseñanzas que va extrayendo las recopila en unos apuntes que acabaran siendo el Codex Astartes, un manual de guerra, una adaptación de El arte de la Guerra al universo del 31 milenio. Guilliman cambia bastante a través del libro, de hecho el posiblemente el único que tenga un arco psicológico completo. Tanto Ventanus como Guilliman tienen perfiles de juego, presentes en el sexto libro de Forge World junto a la campaña basada en esta novela.

Al acabar el libro uno tiene la sensación de que es algo inconcluso, abierto, incompleto. No todas las tramas se cierran, se invita al lector a continuar la lectura de las aventuras en otra entrega, que de hecho ya ha sido escrita. En esta "segunda parte" se narrarán los combates subterráneos en las entrañas del planeta, que también ha sido llevados a las mesas de juego en Betrayal at Calth.



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1 comentarios:

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Wolfen
admin
27 de mayo de 2016, 16:36 ×

A mi el libro-novela me encantó

Congrats bro Wolfen you got PERTAMAX...! hehehehe...
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