En el primer libro de ForgeWorld sobre la Herejía de Horus se narra el relato de la traición de cuatro legiones que se purgaron a sí mismas en su primer paso de descenso a los infiernos. Entre estas legiones quedaron heroes leales a la causa del Emperador y los escenarios y batallas del primer libro ponen nombre a cuatro de ellos: Saul Tarvitz, Shabran Darr, Loken y Crysos Morturg.
Crysos Morturg se nos presenta como un oficial caído en desgracia a los ojos de su primarca, Mortarion. El Primarca de la Guardia de la Muerte, que creció en un planeta de brujos esclavistas, sentía una profunda repulsión por la hechicería y en todo momento desdeñó a los Bibliotecarios. No es de extrañar que estos fueran los primeros en ser purgados de su propia legión.
Crysos Morturg, antaño un bibliotecario, fue uno de los líderes que se forjaron bajo la traición de Istvaan III. Su trasfondo, traducido por Wikihammer, es el siguiente:
"Crysos Morturg era un guerrero amargo, morboso y dado a la introspección, que no gustaba a sus Hermanos de Batalla a pesar de sus evidentes talentos como guerrero y como comandante de campo. Morturg no procedía ni de Terra ni de Barbarus, sino que había sido reclutado como parte de una leva de emergencia entre la reserva de Aspirantes de la 18ª Flota Expedicionaria después de que la Guardia de la Muerte sufriese pérdidas casi catastróficas en la campaña del Xenocidio de Rangda.
Años después de su iniciación en la Legión, tras haber alcanzado ya el rango de Teniente, sus poderes psíquicos se manifestaron repentinamente. Esto solo sirvió para aislarle aún más, y apenas había empezado su entrenamiento en el Librarius de la Legión cuando Mortarion lo hizo disolver y ordenó que esa "brujería" fuese suprimida por el Concilio de Nikaea.
Reasignado a los Cuerpos Destructores de la XIV Legión, se le puso al mando de Astartes generalmente considerados díscolos o inestables, y sus unidades fueron enviadas a lo más duro de los peores combates afrontados por la Guardia de la Muerte. El ascenso por los rangos que de otro modo podría haber obtenido le fue vedado para siempre, y fue señalado claramente para morir en Istvaan III.
Morturg sin embargo no murió, y en la hora de esta terrible ordalía se convirtió en uno de los comandantes más letales de la resistencia Leal. Contra toda posibilidad, Morturg sobrevivió a la Batalla de Istvaan III, y él y los pocos restos de los masacrados Leales que había reunido a su alrededor vivirían para vengarse de sus antiguos hermanos."
Años después de su iniciación en la Legión, tras haber alcanzado ya el rango de Teniente, sus poderes psíquicos se manifestaron repentinamente. Esto solo sirvió para aislarle aún más, y apenas había empezado su entrenamiento en el Librarius de la Legión cuando Mortarion lo hizo disolver y ordenó que esa "brujería" fuese suprimida por el Concilio de Nikaea.
Reasignado a los Cuerpos Destructores de la XIV Legión, se le puso al mando de Astartes generalmente considerados díscolos o inestables, y sus unidades fueron enviadas a lo más duro de los peores combates afrontados por la Guardia de la Muerte. El ascenso por los rangos que de otro modo podría haber obtenido le fue vedado para siempre, y fue señalado claramente para morir en Istvaan III.
Morturg sin embargo no murió, y en la hora de esta terrible ordalía se convirtió en uno de los comandantes más letales de la resistencia Leal. Contra toda posibilidad, Morturg sobrevivió a la Batalla de Istvaan III, y él y los pocos restos de los masacrados Leales que había reunido a su alrededor vivirían para vengarse de sus antiguos hermanos."
Su trasfondo, esbozado en este libro por vez primera, no sólo nos dice que sobrevivió a la traición sino que formó su propia banda de Escudos Negros. Los Escudos Negros son bandas de mercenarios leales, traidores o sin alienación que durante la Herejía de Horus renuncían a su legión de origen a su heráldica y combaten por sus propias motivaciones egoístas.
En cuanto a las reglas, Morturg es de los cuatro personajes leales que salieron en el primer libro el mejor sin lugar a dudas. Por los 175 puntos que cuesta ofrece el perfil de un Praetor (Capitán) con algunas muy valiosas mejoras.
Para empezar es un psíquico de nivel 1 de la disciplina Biomancia, aunque carece del arma psíquica que comparten los miembros del librarius. El ser un psíquico no es algo desdeñable, especialmente cuando la presencia de ellos está tan limitada por las reglas y el trasfondo de la Herejía de Horus.
Además de la valiosa presencia psíquica de Morturg, su servicio en los Destructores le convirtió en un experto en las tácticas de guerrilla y para representar esto cuenta con la regla "Infiltración" y con el Rasgo del Señor de la Guerra que confiere "infiltración" a otras unidades enemigas. Este rasgo es posiblemente de los mejores del juego y son pocos los psíquicos y personajes en general con la habilidad de infiltración.
Por último cuenta con la regla especial "tozudo", una regla muy valiosa en los marines de la Herejía de Horus, que carecen del omnipresente "y no conocerán el miedo" que tienen en 40 000. Su equipo es bastante decente, ya que porta una armadura reforzada, una espada de energía, pistola bolter y un combi-lanzallamas. Además cuenta con granadas de tres tipos: fragmentación, perforantes y radioactivas.
Sólo se hecha en falta en su perfil una salvación invulnerable, pero es que por los 175 puntos que cuesta no se puede pedir más. Estamos ante un personaje con un trasfondo interesante y con uno de los mejores perfiles entre los leales durante la campaña de Istvaan.
Morturg representa el otro lado de Garro, el uno es un Guardia de la Muerte leal que ingresa en los Caballeros Grises tras la atrocidad de Istvaan y el otro en cambio se convierte en un Escudo Negro, un cazarrecompensas en busca de venganza contra su propia legión. Ambos presenta un contraste magnífico y son un buen pilar sobre el que construir un ejército.
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